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miércoles, 11 de diciembre de 2024

 

Cuando todos trabajan todos trabajan menos. Primera parte

¡Descrecimiento o colapso!

Por Miguel Valencia Mulkay

Publicado originalmente el 14 de octubre de 2021

Revisión 11 de diciembre de 2024

Según antropólogos,[1] esta regla fue formulada por Aleksander Chayánov, gran investigador y defensor de la economía campesina rusa. Hoy día esta regla nos sirve para dar una idea de la profunda transformación que ha sufrido el trabajo en los últimos dos siglos desde que aparece en Inglaterra el trabajo industrial, muy especialmente, en los países del Sur global como México que llegó a tener una gran cultura campesina como la rusa y que fue devastada por el Estado y la industrialización.

El trabajo, como hoy lo entendemos (industrial), no es un fenómeno natural de todos los tiempos, por sus condiciones, es una actividad muy novedosa, muy moderna. De acuerdo con el historiador Ludolf  Kuchenbouch[2] el trabajo industrial tiene poco que ver con aquello que algunos llaman el “trabajo preindustrial”, realizado principalmente por campesinos y artesanos.

 Poco antes de la Revolución Francesa , los poderosos de la Europa occidental: banqueros, piratas y traficantes de esclavos y drogas, ya se habían percatado que obtenían más beneficio político y económico por medio de la explotación de trabajadores “libres” a sueldo que con la explotación de esclavos a quienes había que cuidar de su salud y cuyo tráfico y condición eran inaceptables en un mundo desacralizado y racionalista que buscaba principalmente “La Libertad”, para poder hacer negocios muy tóxicos y legitimar la acumulación de dinero sin límite; nacía el liberalismo.  

A punto de crear la revolución industrial, Gran Bretaña es la primera potencia colonial  en aprobar la “abolición de la esclavitud”, con el fin de abrir paso a la nueva forma “racional y científica” de la explotación del ser humano, realizada por medio del empleo o trabajo industrial que propicia el desarraigo, la devastación cultural, la muerte atroz en el trabajo y la enfermedad, por el ambiente de trabajo, así como por las adicciones, el suicidio y la violencia intrafamiliar, escolar, laboral y urbana que este tipo de trabajo induce.

Los abolicionistas y los industriales son reconocidos entonces como progresistas y benefactores de la Humanidad y la industria puede fácilmente utilizar niños en la producción e imponer jornadas de trabajo de 15-18 horas diarias. 

Los trabajadores de la industria son ahora libres de morir de hambre en un nuevo ambiente económico que hace muy difícil obtener alimentos sin tener dinero. Se trata de fabricar mercados internacionales a costa de los mercados locales. El socialismo se fortalece ante las atrocidades del primer siglo de vida de la industria (movimiento romántico-novela realista del siglo XIX) 

Los economistas clásicos, fundadores del nuevo pensamiento industrial, legitiman este nuevo gran rodeo (tener un empleo, para poder comer) que abre la puerta a otros rodeos que gustan tanto a los economistas modernos, como los rodeos que hacen los autos para llegar a un domicilio en la zona urbana: hacen crecer los mercados y la dependencia del dinero, objetivos principales de los banqueros.

Se ajustan las leyes de Inglaterra (Ley Speedhamland), con el fin de hacer obligatorio este nuevo gran rodeo social que coloca a los pobres en un mayor desamparo. Hace más de dos siglos aparece en Inglaterra una revolución conservadora que provoca una radical partición social: la revolución industrial: aparece un nuevo tipo de pobres, racionalizados como que “tienen un empleo o trabajo” (diligentes) y uno nuevo tipo de personas en la miseria: los desempleados (indigentes, por perezosos)[3].

Con la industrialización, esta partición social se extendió por el mundo y ha sido permanente, endémica e incontrolable, a pesar de todos los esfuerzos políticos realizados, con el fin de eliminarlos. El pleno empleo (Keynes) ha sido siempre un buen deseo.

Hace más de doscientos años, el Estado y el Mercado nacidos en el occidente europeo se habían vuelto tan poderosos que se unen para hacer posible la economía industrial internacional, por medio del trabajo asalariado obligatorio, largas jornadas de trabajo y la explotación intensiva de la Naturaleza a la que convierten en “Recursos Naturales”.        

Tan pronto nace la industria, los indígenas, los campesinos y los artesanos, que no requieren de un trabajo o empleo para obtener sus alimentos, se convierten rápidamente en enemigos del Nuevo Orden Industrial y se vuelven el objeto principal de la persecución legal y económica de los gobiernos y de los ricos y poderosos, con el beneplácito de la mayor parte de los economistas. Son acusados por los gobiernos “liberales” de ser “poco productivos”, “enemigos del Progreso y la Modernidad”. Estos gobiernos quieren crear toda clase de mercados internacionales y convertir en mercancía a cualquier persona, cualquier tierra, cualquier obra de arte y cualquier conocimiento.

La amenaza de morir de hambre que produce el trabajo asalariado en la sociedad, crea la pobreza y la miseria modernizadas, condiciones que se complementan y hacen más poderosos a los banqueros y los industriales. Sin el sufrimiento del desempleado no se consiguen altos rendimientos de los que tienen empleo. 

Para legitimar este nuevo sistema, los primeros economistas (Malthus, Ricardo), inventan una “filosofía natural” que condenaba cualquier ayuda o expresión de piedad por los trabajadores asalariados de la industria. Esta “filosofía” sigue viva en las mentes de los adoradores de los mercados.

Quienes no tienen empleo resultan explotados de otra forma: no sólo sirven de ejemplo a los que tienen empleo de lo que puede sucederles de no trabajar con gran diligencia, opcionalmente, deberán ocuparse de subsidiar a la economía con el trabajo fantasma, no pagado, en el hogar o en la economía informal.

Chayánov descubre en el pueblo de Volokolamsk que la media anual de días de trabajo de un campesino típico era de 132 días, un poco más de la tercera parte del año; descubre que mientras más grande era la capacidad de una familia, sus miembros trabajaban menos y comprendió que cualquier grupo que trabajara a plena capacidad rompería el equilibrio entre las familias y la cohesión social.

En cambio, la economía industrial obliga al trabajador a producir lo más posible en un tiempo dado. Para los campesinos una obligación de este tipo sería mortal[4]     

Para los banqueros, ha sido fundamental sacralizar el trabajo industrial con discursos morales: El que no tiene trabajo es porque no quiere, es un irresponsable un holgazán. De esta manera, se victimiza doblemente a la víctima:  es responsable de su desempleo y miseria, por su falta de voluntad para trabajar.  Hitler llevó esta burla patronal al extremo en lo alto de las rejas de los campos de exterminio: El Trabajo te hará libre (Arbeit macht frei)

A pesar de que, desde hace muchas décadas la nueva tecnología ha hecho posible la reducción de la jornada laboral- con el fin de crear empleo asalariado-, las patronales del mundo se han opuesto rotundamente a esta propuesta, alegando los dogmas de la “productividad” y el “crecimiento económico”: han querido conservar el viejo moralismo del trabajo industrial como algo valioso para la sociedad y el terror omnipresente a la miseria de los asalariados, para proteger la aberrante producción industrial.

Las propuestas de Roosevelt, Jacques Ellul, Adret, Tarde, Gorz y otros que hace décadas propusieron la reducción de las jornadas de trabajo a 6 o 4 o 3 horas diarias, con el propósito de redistribuir el trabajo, como lo hacían los campesinos rusos, fueron firmemente rechazadas por las patronales de los países “desarrollados”.

En cambio, con la caída de la Unión Soviética en 1991, las patronales poderosas advirtieron que “habría que trabajar el doble, para ganar lo mismo” y lo han cumplido: desde entonces han aumentado las horas de trabajo anual en EU y muchos países dominados por el neoliberalismo, incluyendo a México.

En los últimos dos siglos, los Sueños de la Razón (Goya) han creado otro monstruo: la sociedad basada en el trabajo sin trabajo (Hannah Arendt) Al terminar los Treinta Años Gloriosos (1945-1975) empieza la rápida decadencia del trabajo asalariado, sin embargo, el creciente número de desempleados virtualmente no reaccionaron: los enseñaron a creer que ellos eran los responsables de no tener empleo, se sostuvieron suspendidos entre dos eras.

Entre 1980 y el comienzo de este siglo, en los países “desarrollados” se realiza una gran mutación en los asuntos del empleo que no fue debidamente reconocida por su opinión pública. Con anticipación, los ricos y poderosos vieron la forma de paralizar cualquier reacción contra ella manteniéndola en la semiclandestinidad con la que entró la barbarie neoliberal. A finales del siglo pasado muere en el mundo el “derecho al empleo”, cimiento de la civilización occidental[5]    

La supresión de empleos deviene en una forma de moda en la administración de empresas, la más segura variable de ajuste, una suerte de economía prioritaria, un agente esencial de las utilidades[6]   desde hace algunos años, el tándem Economía-Tecnología descubre los instrumentos frecuentemente “menos caros”, más confiables y “más operativos” que pueden ya tomar el lugar de los trabajadores siempre insatisfechos y reivindicativos. Contrariamente a lo que se producía en crisis pasadas, la escasez de empleo es endémica e irreversible.[7]

En los próximos lustros, la mayor parte de los profesionistas verán muy reducidas sus posibilidades de conseguir un empleo. Los mayores inversionistas del mundo encuentran supernumeraria a la mayor parte de la población humana: cada año los trabajadores son más superfluos en los países del Norte global que prefieren migrantes indocumentados y técnicos globalizados; pronto lo serán en los países del Sur Global que descubran la calamidad que representan las armadoras y las maquiladoras: un fenómeno clandestino.

Es hora de reconocer en México que desde hace décadas el empleo que se crea es de tres tipos: el empleo caníbal: empleo que destruye otros empleos, por la alta tecnología utilizada (la creación de un empleo destruye más de 3 empleos en otras ramas industriales). Global: empleo que requiere habilidades globales y que lo consiguen principalmente trabajadores extranjeros. Empleo walmartizado o amazónico: empleo en los servicios que exige muchas horas de trabajo y una paga muy exigua, por la gran dificultad de crear sindicatos y hacerlos funcionales.

Gran cantidad de industrias que producen gran cantidad de productos dañinos para la salud humana, que producen grandes cantidades de residuos sólidos (empaques y embalajes) y grandes cantidades de contaminantes (gases que dañan el clima de la Tierra o el sistema respiratorio de los seres humanos), que producen descargas de aguas muy envenenadas y polvos y lodos muy contaminados, alegan que dan empleo, como coartada de sus crímenes ambientales; son empleos como los que crean los traficantes de drogas: no debería existir.   

Es hora de abandonar el sistema productivista y competitivo que han impuesto los poderosos inversionistas extranjeros. Es urgente exigir la eliminación de los subsidios enormes que tienen los nuevos tipos de empleo- renegociar los infames tratados de libre comercio- y solicitar subsidios para el trabajo creativo de los que no tienen empleo formal: el trabajo relocalizado o trabajo artesanal que no requiere mucho transporte, en la producción local muy diversificada de alimentos y otros productos básicos, para consumo local.

El trabajo posindustrial debe recuperar la capacidad de ayudar a fortalecer las facultades creativas del ser humano, sus capacidades de cooperación y amistad, y reducir radicalmente las guerras que crea la muy depredadora productividad y competitividad industrial.   

 

Cuando todos trabajan todos trabajan menos. Primera parte

¡Descrecimiento o colapso!

Por Miguel Valencia Mulkay

Publicado originalmente el 14 de octubre de 2021

Revisión 11 de diciembre de 2024

 

 



[1] Gonzalo Aguirre Beltrán

[2] La Puissance des Pauvres, Mahid Rahnema y Jean Robert, Actes Sud, France, 2008 p 174

[3] Ibid

[4] [4] La Puissance des Pauvres, Mahid Rahnema y Jean Robert, Actes Sud, France, 2008 p 176

[4] Ibid

 

[5] La Puissance des Pauvres, Mahid Rahnema y Jean Robert, Actes Sud, France, 2008 p 187

 

[6] Viviane Forrester, L’Horreur economique  p102

[7] [7] La Puissance des Pauvres, Mahid Rahnema y Jean Robert, Actes Sud, France, 2008 p 188

 

 

domingo, 1 de diciembre de 2024

Trump y la necesaria desconexión de México, de los países del Norte global.

¿Qué entendemos por descrecimiento?

Acción política

2 de diciembre de 2024

Miguel Valencia Mulkay

Por supuesto, el nuevo gobierno de Trump es una gran amenaza no sólo para México, también para su país y para el mundo: con sus acciones podría desatar una guerra nuclear; podría apoyar la continuación del genocidio en Gaza; podría invadir México; podría desatar una guerra civil en su país; podría propiciar nuevos genocidios o nuevas guerras; podría ordenar bombardeos en países del Sur global; podría instigar golpes de estado, u ordenar nuevos embargos, a varios países, incluyendo a México; en su país, podría perseguir, matar o encarcelar a sus críticos y opositores e instaurar algo parecido a una dictadura fascistoide; podría debilitar mucho la economía de su país, del mundo y la de nuestro país; con sus acciones, EU podría perder la posición dominante que tiene en el mundo.

Además, por su negacionismo climático, muy probablemente el gobierno de Trump podría provocar un gran aumento en el número de personas que en los próximos años podrían morir, enfermar o irse a la miseria debido a los efectos locales del colapso climático y el colapso ecológico, como: las sequías, incendios forestales, olas de calor, huracanes, tormentas, inundaciones, sin precedente, o las caídas de la producción agrícola, hambrunas, epidemias, pandemias, violencia, inseguridad, toxicomanía, recesiones económicas, rebeliones, represiones militares y policiacas, guerras, entre otros eventos catastróficos-, que serán mucho mayores en número y en intensidad, como consecuencia de estos colapsos globales, generados por el inmenso consumo de gas, carbón y petróleo de los países del G-7.  

No obstante, los gobiernos de EU de las últimas tres décadas, con las banderas de la Democracia, los Derechos Humanos, la Libertad y la Justicia, la Agenda Verde, han realizado cosas parecidas a las que podría hacer Trump, por lo que más bien el error, la torpeza y/o la brutalidad en su ejecución podrían ser los factores que le den giros novedosos, inesperados, a sus acciones políticas, económicas y militares o policiacas. Como lo señala Walden Bello, Trump es aislacionista por instinto, pero, impredecible en la acción.

Por otra parte, en los últimos 30 años México ha visto crecer enormemente los niveles de las matanzas, los homicidios, las desapariciones de personas y en general, el crimen organizado, el feminicidio y los asesinatos de personas de la diversidad sexual, defensores del medio ambiente, indígenas y campesinos. Ha visto en este lapso de tiempo una gran intensificación de la violencia intrafamiliar, escolar, laboral y urbana y la extorción, el robo con violencia.

En estos últimos 30 años, México ha visto el rápido crecimiento de la miseria y la riqueza extrema y muy altos niveles de desempleo y economía informal, así como una gran precarización del empleo y la elevación de las horas trabajadas semanalmente; además, ha visto el gran aumento en el consumo de alimentos chatarra que han disparado los niveles de obesidad y diabetes.

También, en estos últimos 30 años, México ha sido objeto de un saqueo sistemático de sus minerales y sus hidrocarburos por parte de multinacionales; ha sufrido una desquiciada contaminación de sus aguas, sus suelos y sus aires; una intensa depredación de su diversidad biológica y cultural y de sus potenciales sociales y humanos.

Y todas estas calamidades se han dado en México mientras aumentaba la corrupción de su clase gobernante y sus grandes empresarios notoriamente ligados a políticos, financieros y académicos de EU y la UE de corte neoliberal.  

Hay que advertir que todas estas calamidades de los últimos 30 años, se han dado al mismo tiempo que entraba en vigor el Tratado de Libre Comercio-NAFTA y los acuerdos de protección de inversiones extranjeras (CIADI)que le fueron impuestos, a consecuencia de muy estudiadas maniobras políticas y financieras de EU y la UE, realizadas años antes de su aprobación. Estos tratados y acuerdos por el Libre Comercio han resultado ser catastróficos

La dependencia económica tan grande que tiene México de EU y de la UE ha tenido como consecuencia un gran debilitamiento de sus capacidades de resistencia ante los embates que pueden producir los colapsos mundiales que están en marcha- el colapso climático y el colapso ecológico-así como los colapsos sociales, económicos y políticos de los países del Norte Global, que también están en marcha debido al debilitamiento de las certidumbres fundamentales de Occidente: la religión de la economía (teoría de mercados) y el culto a la ciencia y la tecnología(optimismo tecnológico). Debido a esta estrecha conexión económica de México, con EU la UE, en los próximos años, estos colapsos mundiales e internacionales pueden hacer mucho daño a México.

Los muy costosos y desquiciantes sistemas militares y policiacos, de gobierno, salud, educación y transporte y de gobierno que tienen EU y la UE; la adicción que tienen sus habitantes, por el uso de armas de fuego, iPad, computadoras, aire acondicionado, calefacción, automóviles y aviones; el hábito que tienen por los muy elevados consumos individuales de agua, gas, carbón, petróleo, metales, maderas y otras materias primas el que, por otro lado, ha generado en habitantes de países del Sur global  aspiraciones a tener usos o consumos individuales parecidos a los de ellos y ,por ello, han creado tan grandes flujos migratorios; estos factores, entre otros, aceleran los colapsos mundiales y colocan a los países del Norte global en una situación política, económica y social muy peligrosa que los ha llevado a elevar mucho su gasto militar y su agresividad contra el resto de los países del mundo. 

 La opulencia, el productivismo y el consumismo de los países del Norte global, muy especialmente de EU y la UE, han degradado mucho a sus ciudadanos: los ha llevado a niveles extremos de violencia, toxicomanía y odio contra los habitantes de los países del Sur global. Debido a esta gran degradación social, económica y política, los habitantes de los países del Sur global, como México, necesitamos crear formas de resistir las maniobras políticas, las manipulaciones de la opinión pública de la que son capaces los países poderosos en los asuntos militares, económicos y políticos. Algunas de estas perversidades son las negociaciones de tratados de todo tipo, las tecnologías que nos imponen, las ayudas que nos ofrecen y la información que nos proporcionan.     

El genocidio en Gaza ha confirmado otra vez el talante criminal, gansteril, que ha dominado la política y los proyectos de estos países del Norte global desde que se volvieron potencias mundiales: están dispuestos a provocar las guerras que sean necesarias para conservar su capacidad de saquear a los países del Sur global y a ocasionar la muerte de cientos de millones de personas, en pocos años, a causa de la multiplicación de eventos climáticos récord,  de guerras hibridas y subrogadas y de tramas para desestabilizar a países del Sur global , generados por su gran adicción por el consumo de gas, carbón y petróleo .

Debido a la gran asimetría económica y política que existe entre cualquier país del Norte global y un país del Sur global, como México, cualquier tratado comercial firmado entre este tipo de países resulta siempre leonino, catastrófico, para el país del Sur global firmante. El balance histórico del TLC-NAFTA confirma esta regla.

Por otra parte, suscribir tratados con potencias del Norte global que apoyan genocidios, como el de Gaza, las guerras por el control de la hegemonía mundial de su moneda- el dólar-, como la guerra de Ucrania o que imponen el negacionismo climático en el mundo o los embargos como los de Cuba o Venezuela, para llevarlos a la pobreza extrema llevan a la pobreza extrema , o que realizan atrocidades contra migrantes e indocumentados, o que facilitan la introducción masiva de armas, con el fin de crear una gran inseguridad y debilidad económica y política, como sucede en México, Haití, Colombia, Bolivia, Ecuador, Brasil, Argentina, entre otros países; suscribir tratados con estas potencias resulta catastrófico, para cualquier país del Sur global, como México.

Es indispensable la ruptura con las sociedades de crecimiento económico del Norte global, para lograr en México una importante reducción de la violencia extrema, la injusticia dominante y la riqueza y pobreza extremas; para conseguir una gran disminución del desprecio social, por las riquezas naturales y culturales, por los suelos, las aguas y los aires limpios, por los pueblos indígenas, los campesinos, los trabajadores, los artesanos, las mujeres, los minusválidos, los que viven en la miseria, y para lograr así, en México, un poco de paz, equidad, buena convivencia, respeto a la Naturaleza,  

Con el fin de evitar la catástrofe política, económica, social, ambiental y climática que puede acarrear la continuación de tratados, como el TMEC o acuerdos para el arbitraje de conflictos entre estados e inversores extranjeros (CIADI), es urgente denunciarlos y abandonarlos a la brevedad posible. Es urgente la desconexión económica de México, con EU y la UE.

Esta desconexión económica puede ayudarnos a salvar algo de lo poco que queda en México de su riqueza natural y cultural y a evitar la recesión, la miseria o el decrecimiento catastrófico, como consecuencia inevitable de esta gran conexión política y económica que México ha tenido con EU y la UE, en los últimos 30 años.  

Así las cosas, las acciones que Trump, el presidente naranja, podría realizar contra México, a su vez podrían servir, si hay una buena respuesta política del gobierno mexicano, para iniciar esta necesaria desconexión que nuestro país debe realizar frente a Occidente- el principal responsable de la aparición de los colapsos mundiales. Podrían facilitar la cancelación de los nefastos tratados de libre comercio y de inversiones que tenemos con su país y Canadá y con la UE, para comenzar la indispensable desconexión económica de México, de los países del Norte global.   

   

 

 

A cinco años de la petición al Estado mexicano en change.org de una declaración de Emergencia Climática.


Semanas después de la entrega que hizo el colectivo Cambiemos el Sistema No el Clima, el 9 de septiembre de 2019, de la petición al Estado mexicano de una Declaración de Estado de Emergencia Climática, aparece entre los activistas que habíamos participado en las acciones climáticas de ese año la idea de colocar esta petición en línea-on line-.   


Después de discutir esta idea en varias reuniones, el 4 de diciembre de 2019 tuvo lugar una reunión concurrida en la Librería El Juglar, con el fin de aprobar el texto de la petitoria en change.org y su colocación en esta plataforma días después, con un buen apoyo económico. En los primeros dos meses logramos recibir cada semana unas 5,000 firmas en promedio. Luego, bajó mucho este apoyo económico hasta estacionarse poco después de llegar a las 80,000 firmas. En su primer año fue una petición muy exitosa. De haber habido apoyo económico, podríamos haber conseguido varias veces esta cifra.


Creo que esta petitoria debe actualizarse.


Muy valiosos, los comentarios recibidos a lo largo de varios años en esta petición en change.org


Ver: http://bit.ly/2RKoRc7

Ver http://chng.it/T79f4q98


sábado, 23 de noviembre de 2024

 Jean Robert y las movilizaciones contra el transporte motorizado en el Distrito Federal, entre 1992 y 2010.  

Presentación en el Primer Coloquio Prácticas Emancipatorias de la Casa Estudio Sylvia Marcos y Jean Robert, en Cuernavaca, Morelos. Corregida. 

Por Miguel Valencia Mulkay

23 de noviembre de 2024

Cuando la teoría y la práctica van juntas los cambios culturales pueden ser más rápidos. En los años 70, la lectura que hice de algunos libros de Iván Illich, que le dieron fama mundial, cambiaron mucho mis ideas sobre la economía, el desarrollo, la ciencia y la tecnología, y muy especialmente, aquellas ligadas al tema de la energía y el transporte, contenidas en su libro Energía y Equidad, publicado en 1974.

Por este cambio radical de mis opiniones en temas fundamentales, las nuevas calamidades ambientales que en esos mismos años 70 se presentaron en el entonces Distrito Federal, tales como: los gigantescos embotellamientos, la excesiva contaminación del aire, el gran aumento de la urbanización dispersa, el rápido despoblamiento de las zonas centrales, y otras desgracias provocadas, entre otras razones, por la construcción del Circuito Interior, los Ejes Viales, y nuevas líneas de Metro, me hicieron reflexionar mucho sobre las ideas de Illich en torno al transporte. Tomé conciencia sobre la gran calamidad que representa el uso del auto particular en las ciudades. 

Debido a la conmoción que me provocó el gran sismo de 1985, decidí realizar algún activismo ambientalista: al empezar 1986 empecé a publicar en el viejo periódico nacional, EXCÉLSIOR, artículos con propuestas para reducir el uso excesivo del auto en el Valle de México.   

En 1988 me resuelvo a entrar al nuevo Pacto de Grupos Ecologistas, con el fin de buscar apoyos para luchar contra la escandalosa contaminación del aire que ya tenía la Cuenca del Valle de México y contra otros predicamentos ecológicos emergentes en este territorio, como la mala gestión del agua, la basura, los residuos y el desarrollo urbano.

Por mi inclinación a la acción local, comunitaria, en 1989 acepté promover la organización de una comisión del Valle de México de este Pacto de Grupos Ecologistas; con ella,  pudimos pronto lograr, entre otras cosas: una Declaración del Valle de México, reconociendo a este territorio como una Zona de Desastre Ecológico de Categoría Mundial; un Consenso de Grupos Ecologistas para recuperar el Anáhuac y Salvar a la Ciudad- donde adoptamos algunas ideas de Iván Illich, en torno al transporte, el agua y las áreas verdes- documentos que recibieron la aprobación de importantes movimientos sociales del Valle de México; y sobre todo, logramos el acuerdo ecologista en rechazo a la promesa de Salinas de Gortari, difundida durante su campaña presidencial de 1988, de construir en México "megaproyectos" como la Autopista del Sol, el Tren Magnético y otros. En 1989 aprobamos la consigna ecologista ¡No a los megaproyectos! que años más tarde sería adoptada por muchos movimientos sociales.

Mis publicaciones sobre el transporte del Valle de México en el EXCÉLSIOR, que terminaron hacia 1990, me acarrearon tanto advertencias de poderosos políticos y una amenaza telefónica aterrorizante, como una felicitación del arquitecto Mario Pani, el más importante urbanista mexicano del siglo XX, por un artículo mío en torno una propuesta para mejorar el transporte del DF. Había empezado a tener conciencia del desastre ecológico planetario, del fracaso del modo de producción industrial y del engaño que entrañan las ideas de Progreso y Desarrollo.   

Gracias a ecologistas amigos, en 1990 tuve el gusto de conocer a Jean Robert en la librería de Gustavo Esteva. Desde el primer momento me impresionó la fuerza de sus pensamientos y convicciones, su erudición y su sabiduría, y por supuesto, fue muy grande mi alegría al encontrar, por fin, a un gran conocedor de los asuntos del transporte, muy conocedor de las ideas de Illich.  Pronto empecé a tener charlas, encuentros con él, para conocer más de sus ideas sobre el transporte y otros asuntos, como sus opiniones sobre las ideas de Illich sobre diversos temas. Me regaló libros muy interesantes- una copia de la traducción al español, inédita, de Los Cronófagos- y una copia de La Traición de la Opulencia en español y otros textos que me sirvieron para apoyar mis artículos y presentaciones en las reuniones de todo tipo, en torno al transporte, la contaminación del aire, el Hoy No Circula y las verificaciones de autos, la urbanización y la Ciudad. Empecé a descubrir su gran generosidad y la enormidad de sus conocimientos en muchos temas. 

Hacia 1991 Jean y yo fuimos invitados por el gobierno de Oaxaca a un gran seminario, para la introducción de la verificación de autos en Oaxaca; también, a otro tipo de reuniones, para discutir las alteraciones socioambientales del transporte. Confirmamos que virtualmente no había en México en esos años una resistencia social abierta contra el uso del auto particular o contra el transporte en general. No obstante, encontramos líderes del movimiento bicicletero, como Jorge Pérez, que tenían ideas muy afines a las nuestras en los asuntos del transporte motorizado. 

La resistencia contra la construcción de infraestructuras para el transporte fue al parecer la primera manifestación que Jean Robert tuvo frente a esta devastadora actividad económica. Recuerdo la gran emoción que mostró en una charla informal durante el X Congreso Internacional de Ciudades Libres de Autos de Guadalajara de 2011, cuando alguien mencionó al movimiento PROVO de Ámsterdam, aparecido hacia 1964. En su juventud, Jean participó muy activamente en la ejecución de las geniales formas de protesta de este movimiento holandés que asombró a Europa:  se oponía a la construcción de vialidades en esta ciudad para dar facilidades al uso del auto y a la consecuente reducción del uso de la bicicleta y la caminata.

Con el conocimiento de este activismo juvenil de Jean pude entender el rápido acercamiento que tuvo con Iván Illich hacia 1973 en Cuernavaca cuando este último escribía Energía y Equidad, un libro que incluye poderosos párrafos contra el uso del auto y que después de su publicación en 1974 produjo una gran conmoción en países europeos y en EU: contribuyó mucho a la creación de nuevas resistencias contra el uso del auto en países ricos y poderosos, como en Estados Unidos, donde nace en los años 80 el grupo Auto Free Times, animado por Jan Lundberg, quien se auto nombraba como “des pavimentador”(depaver) ; en este grupo californiano nace la idea de crear una red mundial contra el uso del auto la que fue concretada finalmente hacia el final del siglo con el nombre de World Carfree Network.  Como lo señala Dominique Simonnet, en su libro El Ecologismo, publicado en Francia en 1980, Iván Illich y Jean Robert, con sus potentes ideas, en los años 70 fertilizaron el nacimiento del movimiento ecologista francés.

A finales de 1990, los ecologistas de la comisión del Valle de México fundamos el Foro Regional Ecologista del Valle de México, con el fin de participar en la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro de 1992. Con el apoyo de Jean Robert, propongo que este nuevo colectivo ecologista concentre sus esfuerzos en la denuncia de las enormes alteraciones socio ambientales que podrían desencadenar los megaproyectos de transporte que pudieran autorizar en los años siguientes distintos gobiernos del DF. Con el apoyo de los compañeros del Foro, fui de los primeros en denunciar los siguientes megaproyectos:

1.       El Tren Magnético- luego Tren Elevado- de Bellas Artes a Santa Mónica, Estado de México, anunciado en 1991, por Salinas de Gortari. Un megaproyecto que me dio la posibilidad de derrotar, con el apoyo de Jean Robert, a la defensa de este megaproyecto realizada por la ambientalista Regina Barba, en representación de los intereses empresariales y gubernamentales involucrados, presentes en el Salón del Transporte del Encuentro Mundial sobre Energía de  Madrid de 1992, y de esta manera trabar una gran amistad, con los principales ecologistas en los asuntos del transporte de España, admiradores de Illich: Antonio Estevan y Alfonso Sanz Alduan. A lo largo de muchos años, Alfonso me ha proporcionado muy valiosos manuales para apoyar la caminata y el uso de la bicicleta o desalentar el uso del auto en la Ciudad.  

El Tren Elevado también me dio la posibilidad de contribuir a la creación de una alianza vecinal-ecologista, contra este megaproyecto, - la Unión Vecinal Independiente, la UVI- con representantes de más de 40 barrios o colonias del viejo DF y el municipio de Naucalpan, EdoMex que podrían resultar muy afectadas por la construcción de esta infraestructura y de esta manera lograr en 1994 su cancelación.

2.       La carretera La Venta-Colegio Militar, anunciada en 1994, por el gobierno de Zedillo. Un proyecto cancelado en 1996 por las protestas de los pueblos del poniente del DF, especialmente de Cuajimalpa.

3.       La Línea B del Metro de Buenavista a Cd Azteca, megaproyecto que fue anunciado en 1995 por el gobierno de Zedillo y que me dio la oportunidad de derrotar, con el apoyo de Jean Robert, la posición del urbanista Jorge Legorreta del Colegio de México, a favor de la construcción de líneas de Metro, en una reunión de más de mil vecinos de la colonia Santa María la Ribera y de lograr así, la cancelación de la construcción de parte de esta nueva línea dentro de terrenos de esta colonia. No obstante, con esta defensa del Metro, el arquitecto Legorreta llegó a convertirse en 1997, en delegado en la Cuauhtémoc, para ayudar a imponer la construcción de esta línea; además, me denunció en un foro en El Colegio de México, pero, dejó de escribir libros sobre el transporte y adoptó nuestra resistencia contra la mala gestión del agua en el Valle de México. Tuvo conocimiento de que, en junio de 1995, nuestro grupo, el Foro Regional Ecologista del Valle de México había presentado la primera denuncia contra la construcción de la Cuarta Etapa del Sistema Cutzamala, con el apoyo de Jean. Debido a la construcción de esta línea B del Metro, en pocos años Ecatepec, Estado de México, se convirtió en el segundo municipio más poblado de México. 

4.       El Segundo Piso en el Viaducto y el Periférico, anunciado en 2001, por López Obrador, como jefe de Gobierno del DF. Un megaproyecto que me dio la posibilidad de crear en 2002 una alianza integrada por el grupo Bicitekas, la más grande organización de ciclistas de ese año y grupos ecologistas, para realizar una gran manifestación en el Zócalo frente a las oficinas de López Obrador- con más de 100 ciclistas-, en las primeras horas de la mañana de una fría mañana de enero. De esta manera logramos sostener el mismo día una discusión cara a cara con López Obrador y Claudia Sheinbaum, en torno a las calamitosas consecuencias que podría tener este Segundo Piso. 

Esta primera confrontación provocó meses después la creación del Centro para el Transporte Sustentable, una ONG del grupo ambientalista CEIBA de la famosa ambientalista Julia Carabias, para dar apoyo técnico ambientalista al gobierno del DF en estos asuntos del transporte. También, la construcción de la primera ciclo pista de este siglo en esta ciudad, construida sobre o junto a las viejas vías del ferrocarril a Cuernavaca, en las lomas del poniente de la ciudad, con un diseño digno de una mente automovilística, y con esta obra, el nacimiento de una duradera cercanía de las organizaciones ciclistas, con el gobierno del DF, primero, y luego de la Ciudad de México. 

Además, provocó que me ocupara en la organización de reuniones ecologistas dedicadas a estudiar alternativas al Segundo Piso. La Cooperativa Cambios- ecologista- nos ofrece sus instalaciones para realizar estas reuniones donde nacen en 2002 las Siete Tesis de la Movilidad Sustentable que en adelante servirán de apoyo a un movimiento político que por más de 10 años realizó acciones, con el objetivo de introducir en México la idea de la Movilidad Sustentable, sustituir la vieja Ley de Transporte y Vialidad del DF y crear una nueva Ley de la Movilidad Sustentable del DF. 

Con el propósito de fortalecer el movimiento a favor de estos cambios radicales, busqué un acercamiento con ambientalistas interesados en los asuntos del transporte: me acerqué a los jóvenes profesionistas que trabajaban en el nuevo Centro de Transporte Sustentable y otros ambientalistas interesados en el tema del transporte. Logré que varios de ellos apoyaran las convocatorias a las reuniones y grandes seminarios ecologistas de 2003-2004, en la Universidad de Londres, en los que Jean Robert fue el principal expositor de la nueva mirada sobre el transporte y conseguí que apoyaran una parte de las Siete Tesis ecologistas de la Movilidad Sustentable de 2002. Así nace a finales de 2003 un nuevo documento: la Agenda Ciudadana "Hacia Otra Visión de la Movilidad Urbana" que establece los fundamentos del consenso político para la introducción en México del concepto de "movilidad urbana" y de esta manera lograr el cambio en la legislación del transporte del DF.  

En los siguientes años, estos ambientalistas jugaron un gran papel en el movimiento político de más de una década, en el que participó nuestro grupo ecologista en demanda de la eliminación de la vieja Ley de Transporte y Vialidad del DF y la creación en 2013 de las primeras leyes estatales de la Movilidad que años más tarde desembocan en la creación de la actual Ley Federal de la Movilidad y la aparición de profesionistas que estudian la "movilidad urbana" y cuestionan un poco la violencia socio ambiental del transporte.

Sobre todo, la resistencia contra el Segundo Piso me dio la oportunidad de crear colectivamente en 2002 las 7 propuestas ecologistas que introducen en México dos grandes premisas que ignoraban las leyes del transporte:  1º. el reconocimiento en la Ley de la circulación en la ciudad, de los animales, las personas -el peatón y el ciclista, circulación a la que llamamos Movilidad Sustentable y 2º el reconocimiento en la Ley de que la circulación de los animales, el peatón y el ciclista en la ciudad- la Movilidad Sustentable- debe tener la más alta prioridad en la vía pública, en los asuntos de protección de su integridad,  por encima del transporte motorizado, en los asuntos mediatos (inversiones) y en los inmediatos (protecciones legales y materiales). En 2003, en las reuniones convocadas por legisladores del DF, para discutir los asuntos del transporte, pudimos confirmar que la palabra “movilidad” no formaba parte del lenguaje de los técnicos en transporte de México.

En los siguientes años y hasta la fecha, los profesionistas en los asuntos de la "movilidad" se han multiplicado por todo el país y se le ha dado un giro deplorable a la Movilidad Sustentable, con la introducción de tecnología verde (electromovilidad), la que no reduce el tiempo promedio dedicado al transporte por los trabajadores del Valle de México; no reduce la pendularidad ni los demás efectos perversos del transporte.    

Esta resistencia, también me condujo a diversas actividades, como: fuertes confrontaciones públicas con la Sra. Sheinbaum; acciones para movilizar a los vecinos de las 4 colonias que serían las más afectadas por la construcción de la primera parte del Segundo Piso- el Distribuidor Vial San Antonio- y también, a ser reconocido como perito en el tema del transporte por el más importante abogado de juicios de amparo en esos años en México, el Dr. Ignacio Burgoa, en un amparo vecinal contra este megaproyecto.

La gran decadencia de las clásicas armadoras de autos que tanto han devastado a las ciudades desde que en la posguerra la ciudad de Los Ángeles se convirtió en el modelo a seguir en el transporte de personas, anuncian la posible reducción radical del uso del auto privado.  Espero que así sea.

 

En 2005, debido a la próxima celebración del Cuarto Foro Mundial del Agua, México 2006, acordamos refundar el Foro Ecologista; en adelante, este colectivo adopta el nombre de ECOMUNIDADES, Red Ecologista de la Cuenca de México. Empezamos a realizar acciones en torno a temas globales, como la conservación del agua, el colapso del clima y la lucha contra la economía de crecimiento y las tecnologías de muy alto impacto ambiental, como los transgénicos, los agroquímicos, el fracking y otras. No obstante, no dejamos la denuncia de los megaproyectos de transporte, como las que siguen:

 

5.        La Línea 12 del Metro de Garibaldi a Tláhuac, promovida en 2007, por Marcelo Ebrard, como nuevo jefe de Gobierno del DF. Un megaproyecto que me permitió advertir a los ejidatarios de Tláhuac y los habitantes del DF de las consecuencias negativas que podría tener la construcción de esta línea del Metro sobre las chinampas y las antigua cultura y tradiciones de Tláhuac, Milpalta y Xochimilco y sobre el suelo de conservación de la sierra Chichinautzin: la aparición de un ciclón urbanizador o varios en el Sur oriente del Valle de México,  y también, de la debilidad técnica y financiera de este proyecto que años después ha causado tantas desgracias. Nos dio la oportunidad de hacer o reforzar viejas amistades, con ejidatarios y con nuevos y viejos movimientos sociales. 

Este megaproyecto, al igual que el Tren Elevado y la Línea B del Metro me permitieron explicar a quien quiso escucharme lo que Jean calificaba como “ciclones urbanizadores”; es decir: la forma en la que, a lo largo de los años, el funcionamiento cotidiano de un transporte masivo, como una línea de Metro o Metrobús que va del centro a la periferia de una vieja ciudad, eleva gradualmente el valor de los terrenos y las rentas de las zonas urbanas centrales al mismo tiempo que las degrada para el uso habitacional, mientras que hace accesibles a las zonas rurales o verdes muy alejadas- les da centralidad- y de esta forma induce la expulsión gradual de los pobres de las zonas centrales y la urbanización dispersa, imparable, en las zonas rurales o de vida silvestre alejadas del centro. De esta manera, a lo largo de los años aumentan todos los años los tiempos y las distancias que deben recorrer los trabajadores, colocándolos en una trampa mental en la que la supuesta solución de los enormes daños que crea el transporte consiste en la construcción de más infraestructura de transporte.  Los usuarios del transporte demandan más transporte, para resolver los daños que crea el transporte.      

6.       La Supervìa de Santa Fe (Puente de Los Poetas), Cuajimalpa- Luis Cabrera, Magdalena Contreras, anunciado en 2008, por Marcelo Ebrard, como jefe de Gobierno del DF. Una nueva versión del viejo proyecto urbanizador de la carretera La Venta-Colegio Militar, en apoyo a ese cáncer urbano llamado desarrollo Santa Fe y la urbanización de las barrancas del poniente de la ciudad de México.

7.       El conjunto de unos 20 “deprimidos” o pasos a desnivel en cruceros de grandes avenidas de las viejas colonias Polanco y Lomas de Chapultepec, anunciado en 2009, por Gabriela Cuevas, delegada panista en la Miguel Hidalgo. Un megaproyecto que me dio la oportunidad de una mañana movilizar a los vecinos insumisos de las colonias afectadas, con el fin de detener la máquina que empezaba a excavar en un área verde, en la confluencia de Paseo de la Reforma y Paseo de Las Palmas, para iniciar la construcción un gran deprimido y paso a desnivel. Este deprimido y la mayor parte de los proyectados fueron cancelados. La acción contra la máquina excavadora en la calle no solo ayudó mucho a la cancelación de partes de estas obras; además, nos ayudó a conseguir fondos para traer a México a Serge Latouche, amigo de Jean y autor principal del movimiento francés decroissance, contra el crecimiento sin fin de la economía. El director del Liceo Franco Mexicano, participante en esta lucha, aportó este apoyo económico. 

Las acciones que realicé contra megaproyectos de transporte en el antiguo Distrito Federal- hoy ciudad de México- entre 1992 y 2012,  me dieron la oportunidad de denunciar, con apoyo en las ideas de Jean Robert, las formas como los ingenieros del transporte imponen-, con el apoyo de los gobiernos estatales y nacionales y los grandes empresarios nacionales-, nefastos conceptos tecnológicos, como las vías rápidas, los periféricos,  los segundos, terceros y cuartos pisos, los distribuidores viales, las líneas de Metro o Metrobús, con el propósito de fortalecer un sistema internacional de transporte que sólo beneficia a las multinacionales de los países más poderosos del mundo y que a su vez imponen una urbanización o un “desarrollo urbano” enemigo de La Ciudad, del Medio Ambiente y por supuesto del Buen Vivir, y la Sociedad.  

Estas acciones, me dieron la oportunidad de explicar lo que Jean llamaba “la velocidad paralizante”; es decir: la pérdida de tiempo de los que circulan a menor velocidad debido a los que circulan a mayor velocidad.  Cuando la Ley y la Norma no ponen límites a la velocidad de los autos que circulan en la ciudad- con el fin de lograr un óptimo funcionamiento del transporte motorizado-, provocan una gran pérdida de tiempo, para la mayor parte de los usuarios de la movilidad motorizada. 

De acuerdo con los estudios internacionales- confidenciales- sobre el transporte urbano a los que Jean tuvo acceso- JR. Smeed-, una velocidad mayor a 15 kph dispara el mal funcionamiento del transporte en las zonas urbanas: hace que la mayor parte de los habitantes de las megalópolis se vean obligados a perder más de 4 horas en el transporte los días laborables. Lo que Jean llamaba, la pendularidad.    

También, tuve la posibilidad de advertir reiteradamente antes ecologistas, autoridades y vecinos que el transporte motorizado hace muy difícil y peligroso caminar o andar en bici en la ciudad y de esta manera vuelve obligatorio el uso del transporte y, por otra parte, desconocer que el auto viejo o nuevo que se mueve en la ciudad estorba la circulación de los demás autos contribuyendo mucho a la aparición de los congestionamientos. 

El transporte crea la cautividad del usuario; es obligatorio usar transporte, casi para ir a cualquier lugar. Los transportes mueven los usos del suelo a lo largo de los años, por lo que acercan puntos, pero alejan todos los lugares a los que queremos ir.

Con estas acciones ecologistas, pude explicar aquello que han ocultado las manifestaciones de impacto ambiental que elaboran muy corruptos técnicos “ambientalistas”, con el fin de justificar la construcción de infraestructuras muy depredadoras que sirven para imponer el uso excesivo del automóvil y del transporte en general; pude explicar que el automóvil es el principal responsable de los congestionamientos en la vía pública y por ello, es el principal responsable de la creciente pérdida de tiempo; del aumento en la contaminación del aire; del consumo excesivo de gasolinas, del crecimiento de la mancha urbana ( superficie del territorio dedicada a la circulación de transportes); de los accidentes en la circulación (una guerra de baja intensidad contra los animales caminan por las calles y contra las personas que caminan o se desplazan en bici); de la segregación espacial ( todos los destinos cada vez más lejanos, por la inducción del cambio en el uso del suelo);  de la discriminación social( no todos motorizados: el 80% de la población no es propietaria de un auto); del gran fortalecimiento del colapso climático y ecológico.

Así también pude explicar que el transporte motorizado sirve para fabricar “mercados de trabajo” que solo benefician al empresariado; es decir: la producción industrial de una gran oferta de fuerza de trabajo, por medio de la concentración de los pobres en “zonas o distritos dormitorio”, muy alejadas del centro de la ciudad, de manera que puedan ofrecer su fuerza de trabajo en “zonas o distritos de servicios o industriales”, muy lejanas a sus viviendas: zonificación urbana. En los hechos, el transporte sirve para bajar los salarios y reducir los empleos al concentrar sus rutas en las zonas urbanas centrales.  Y sirve para transferir privilegios de los pobres a los ricos.

Y además, pude explicar aquello que han ocultado las universidades: que el auto y el transporte en general crean lejanías permanentemente que traen como consecuencia la continua intensificación de la violencia intrafamiliar, escolar, laboral, urbana; provocan la inseguridad, las adicciones, las conductas de alto riesgo, el desgarramiento de las familias, los barrios, los ejidos, los pueblos, las ciudades, el desarraigo y la migración permanente; generan la ansiedad, el stress, la neurosis y finalmente, la destrucción del tejido social. El transporte trae el Mal Vivir moderno. 

Por otra parte, el auto y el transporte en general traen como consecuencia la desaparición de los bosques, las zonas o áreas de vida silvestre y las zonas rurales, la cultura campesina, el debilitamiento de las culturas indígenas, la desaparición de la diversidad de especies vegetales y animales. Traen como consecuencia el aumento en la miseria y la riqueza extrema, el debilitamiento económico de las comunidades, la dependencia de los países del Norte global y el fortalecimiento de la desinformación y la manipulación de las opiniones.    

A lo largo de más de dos décadas, Jean Robert, no sólo inspiró la resistencia contra los megaproyectos de transporte de la Cuenca del Valle de México, nos dio bases técnicas para entender el inmenso daño que ocasiona el uso excesivo del transporte, también,  apoyó con su presencia los foros, seminarios, reuniones o encuentros a los que lo invitamos, para explicar, confirmar y dar apoyo moral a las posiciones de rechazo o resistencia de vecinos de pueblos, ejidos, barrios y colonias y de ecologistas o ambientalistas residentes en este territorio. Por su generosidad y sus ideas, hoy existe en México un cierto movimiento para contener la creencia de que el transporte es un gran beneficio y que, en cambio, es el origen de muchos males.  Estamos muy en deuda con nuestro querido amigo y maestro, Jean Robert.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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